– El mosaico de los amores de la Ciudad de Cástulo
La Ciudad de Cástulo, fue habitada allá por el tercer milenio antes de Cristo, y se mantuvo así hasta el siglo XV. Por tanto es de esos lugares cuyo abandono apenas es un suspiro en el cómputo de la Historia, ya que hablamos de una población que se mantuvo en el tiempo por más de 40 siglos.
Volvamos ahora a esos niños que han terminado sus lecciones, probablemente con preceptores de origen griego, y se disponen a pasar el tiempo jugando, mientras los servidores de la villa preparan la colación. Uno de ellos, entra en la sala donde dos artesanos retiran la capa protectora que ha cubierto el mosaico, y van limpiando todo asegurándose que las miles de piezas han quedado correctamente fijadas.
El joven Casio, observa con curiosidad desde una de las puertas que da acceso a la gran sala, de mas de 70 metros cuadrados, como en los bordes de la estancia, el yeso que retiran los artesanos, deja lugar a docenas de aves que que se enredan en plantas acuáticas.
Pero la verdadera maravilla está aun mas cerca de él, y se encuentra enmarcada por una orla que produce un efecto cremallera. Allí dentro, la visión caleidoscópica de las formas geométricas cede su sitio a imágenes que Casio conoce bien, pues poco ha, que su preceptor, Alcíbides, le habló de ellas.
Es famosa la historia de la manzana de oro, que el gran Homero dejase escrita en los versos de la Iliada. La han relatado escritores de la capital imperial, tales como Ovidio, y se recoge en obras que tratan el ciclo troyano, la mas famosa de ellas el Ciprias. Esta manzana que esgrimía hábilmente la diosa Eris, la señora de la discordia, fue la que dio lugar al Juicio de Paris. Y es la causa primera de la guerra de Troya, ya que Afrodita, vencedora del juicio sobre Atenea y Hera, prometió a Paris la mujer mas bella del mundo.
Casio reconoce a los personajes que solo ha podido imaginarse a través de las horas de lectura con Alcíbides. Allí está Hermes con el caduceo, Atenea con su casco y lanza, y Paris con el gorro frigio, ejerciendo de humilde pastor rodeado de vacas que pastan en la montaña. Por si frivolidad cree identificar a Afrodita, y por exclusión y formalidad a la diosa Hera.
Casio no puede por menos que reflexionar ante el fatalismo de los hombres que caen presos de los hechizos de las diosas. Y mientras piensa en su propio destino, se fija en las alegorías de las cuatro estaciones que garantizan la cruel inmutabilidad del tiempo, y que están dispuestos en los cuatro ángulos que enmarca la orla más interior de todo el piso de la sala.
Y las cuatro son un reflejo no solo del paso imperturbable de días y horas, sino también un reflejo de la dimensión agraria que tenía en su fuero mas interno, el propio pueblo romano. La primavera se adorna con flores y el verano con espigas. El otoño con racimos de vid, y el invierno con ramas de mijo y olivo.
Piensa Casio en los faisanes que su padre le enseña a cazar, mientras ve estos animales en compañía de mitológicos erotes que juegan con otras aves y con liebres. También hay mas animales en el Mosaico de los Amores de Cástulo, como queriendo completar todo un reino de magníficos ejemplares de jabalí, caballo, león y leona, tigre y ciervo.
Casio descubre que Historia y Mitología, economía y filosofía, artes agrarias y cinegéticas, se encuentran representadas en el suelo de aquella estancia, mientras los artesanos recogen ya en sus cubetas de madera, paños, niveles y plomadas. Se hace a un lado para que salgan los obreros, y se queda solo un instante contemplando toda la inmensidad del mosaico, sin saber que las alegorías de las estaciones, cuidarían de aquella obra de arte preservándola hasta nosotros.
Cástulo, la vieja ciudad iberoromana, sigue aún asombrándonos con descubrimientos como este del Mosaico de los Amores, con mas de 750.000 teselas, y un gran legado tanto ibero como romano. Pasear por sus inmediaciones nos descubrirá el castillo de Santa Eufemia, el último reducto defensivo de origen musulmán; la Torre Alba construida seguramente por el ejército cartaginés durante las guerras púnicas; tumbas iberas y romanas; los depósitos de agua (Castellum Aquae); las cisternas subterráneas o las termas mayores. Toda una gran lección de Historia en unos pocos metros cuadrados de este Mosaico de los Amores de Cástulo
– La ciudad de Cástulo
1. El yacimiento de Cástulo
El yacimiento de Cástulo cuenta con una trayectoria histórica de más de 4.000 años, una historia en la que ha quedado reflejada la presencia y las influencias de las culturas del Mediterráneo, que han dejado su huella en el sitio y su territorio. Cástulo nos ofrece una herencia patrimonial que poco a poco recuperamos gracias a las investigaciones arqueológicas, un legado que debemos conocer y proteger.
Esta ciudad fue un importante nudo de comunicación de las vías antiguas, y hasta Cástulo era navegable el antiguo Betis. A lo largo de su historia, tuvo el control del cobre, la plata y el plomo de Sierra Morena. El oppidum (o ciudad fortificada) de Cástulo, primero, fue el más importante núcleo de población de la Oretania ibérica y, más tarde, se constituyó como municipio romano, llegando a ser sede episcopal en época bajo-imperial.
Los autores clásicos otorgaron un especial reconocimiento a Cástulo, debido en particular a su protagonismo en el transcurso de la II Guerra Púnica —un episodio crucial en la historia de la ciudad—. Habiendo destacado, en un primer momento, Cástulo por su fidelidad a Cartago, acabó suscribiendo una alianza con Roma. Esta circunstancia le va a permitir mantener una excepcional autonomía política, como manifiesta en esa coyuntura su capacidad para acuñar moneda (donde la comunidad indígena plasma sus propios símbolos y escritura).
Pese al expolio sufrido en la zona a raíz de su abandono, las intervenciones arqueológicas y los diversos hallazgos evidencian la importancia del yacimiento y muestran una gran riqueza cultural e histórica. El yacimiento de Cástulo arqueológico actual no solo destaca por su alto interés histórico y arqueológico, sino que igualmente cuenta con recursos paisajísticos y medioambientales que lo dotan de una singularidad especial.
2. Necrópolis de la Puerta Norte
Antes de entrar en la ciudad, es posible contemplar varias tumbas —una ibérica y otra romana, fechadas en los siglos IV a.C. y V d.C., respectivamente—. Esta Necrópolis es
una de las más importantes de Cástulo. Estuvo en uso durante casi 1.000 años, ocupando una superficie de más de 50.000 metros cuadrados.
3. Acrópolis
Es un promontorio destacado sobre la ciudad en torno al que se situaba el teatro, y en el que se localizan las cisternas de agua que abastecían a las fuentes y edificios públicos de Cástulo. En este lugar también se conservan los restos de un santuario ubicado sobre una gran torre de 15 x 16 metros construida por el ejército cartaginés. Se trata de un monumento defensivo que, aunque estuvo destinado a imponer su presencia y dominio sobre el territorio, destacó también por ubicarse en un lugar sagrado.
4. Centro monumental
Aquí encontramos diferentes excavaciones arqueológicas realizadas en las últimas décadas que nos permiten adentrarnos en el urbanismo romano de la ciudad, con la presencia de una de las principales termas de Cástulo, vestigios del trazado urbano y grandes edificios públicos. En esta zona las excavaciones han permitido documentar evidencias de la presencia de una comunidad judía en torno a los siglos V-VI d.C.
5. Ciudad baja
Al suroeste, las excavaciones arqueológicas han documentado la existencia de dos edificios singulares. Uno público destinado, según hipótesis, al culto de Domiciano, y demolido como consecuencia de una damnatio memoriae (condena de la memoria) a finales del siglo I d.C. En él se encuentra la sala del Mosaico de los Amores. Junto a éste se halla otro edificio fechado en el siglo IV d.C. y dedicado al culto cristiano. Se conserva una pila bautismal por inmersión, y en una de sus salas fue hallada la Patena de Cristo en Majestad, traída desde Roma y utilizada para la liturgia cristiana en Cástulo.
6. Muralla Norte
Sobre la meseta del Cerro de la Muela, en el extremo noreste de Cástulo, encontramos un lienzo de muralla de época romana. Rodeaba completamente la meseta, protegiendo la ciudad con una longitud de más de 3,5 kilómetros. En este tramo existe un monumento construido en torno al siglo I a.C., donde se documentó la escultura de un gran león conservada en el Museo Arqueológico de Linares.
7. Termas mayores
Las intervenciones arqueológicas realizadas por José María Blázquez en las décadas de los años 70, 80 y 90 en la zona central de la ciudad de Cástulo permitieron documentar la existencia de unas termas de época Alto Imperial.
Las excavaciones realizadas muestran principalmente el hypocaustum de las salas templadas y calientes, así como un pasillo subterráneo que da acceso a los hornos.
Actualmente la superficie conocida de estas termas es de aproximadamente 600 metros cuadrados, pudiendo observarse varias piscinas, letrinas y conducciones de agua.
8. Cisternas de agua
Siglos I d.C. – III d.C.
Además del Castellum Aquae, la ciudad contaba con numerosas cisternas subterráneas destinadas a recoger el agua de lluvia. En la zona conocida como Cortijo del Guarda, encontramos el brocal de un pozo de mediados del siglo XX que se asienta sobre una cisterna romana, construida con gruesos muros de opus caementicium y revestimiento de opus signinum. Esta estructura tiene una capacidad de más de 15.000 litros, y continúa recogiendo y almacenando el agua de lluvia, más de mil quinientos años después de su construcción.
En el año 2001 se documentó la existencia de otra cisterna muy próxima, de forma ovalada y cubierta con grandes sillares que apoyan sobre tres columnas de 5 metros de altura.
9. Castellum Aquae
En una de las zonas más elevadas de la meseta se localiza el Castellum Aquae, uno de los edificios más importantes del núcleo urbano, ya que albergaba los depósitos de agua que abastecían a la ciudad.
Actualmente podemos contemplar la zona superior de las cisternas, aún sin excavar, que conservan gruesos muros construidos con hormigón romano (opus caementicium) revestidos con mortero hidráulico (opus signinum).
A pesar de situarse junto al río Guadalimar, la ciudad debió buscar recursos hidráulicos situados en una cota más alta para garantizar el abastecimiento de estas cisternas. Actualmente conocemos la existencia de al menos un acueducto procedente del Norte, del que se conservan algunos restos de su tramo aéreo entre el olivar.
Desconocemos cuando se construye este depósito y cuando se abandona, ya que no se ha excavado aún. A pesar de ello, con la limpieza que se ha realizado se ha podido documentar que, una vez abandonada, fue ocupada en época medieval, cuando en su interior se construye una casa, como suele ser común en muchos edificios de la solidez de estas cisternas.
10. Sinagoga
Este edificio, de planta basilical, corresponde a época Bajo Imperial. Hallazgos recientes han aportado gran información relativa a este momento, reinterpretando este edificio como
una posible sinagoga y revelando datos sobre la existencia de una comunidad judía en torno a los siglos IV-V d.C.
11. Castillo de Santa Eufemia
En el extremo sur de Cástulo encontramos una meseta que cuenta con una extensión de 2 hectáreas en la que se alza el último reducto defensivo construido por las tropas musulmanas en el siglo XIII, previamente a la conquista cristiana. Destaca la presencia de un gran torreón construido con tapial. Esta zona cuenta con unas fuertes defensas debido a la fuerte inclinación de sus laderas, con un desnivel de 40 metros.
12. Plaza de Armas
Plaza de Armas, que emerge como un recinto aislado al sur de la ciudad, dominando el río Guadalimar, encierra desde los más antiguos a los más recientes vestigios de la ocupación histórica de Cástulo, desde la Edad del Cobre hace más de 4.000 años hasta finales del siglo XV d.C., cuando se demolieron los lienzos del castillo de Santa Eufemia.
¿Cómo llegar a la Castulo. Linares. Jaén?
Mas información: Castulo Linares Web Oficial | Ciudad de Cástulo, Linares
Fuente: Conjunto Arqueológico de Cástulo, creado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía
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