¿Qué ver en el Castillo de Santa Catalina en Jaén?

Castillo Santa Catalina Jaen
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El castillo de Jaén

Jaén es una de las grandes desconocidas de Andalucía. Pero no por ello es una provincia con poca importancia histórica. Y es que es la segunda región de Europa con una mayor concentración de castillos, que podemos recorrer en la ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén. Hoy queremos que conozcas uno de los más especiales, situado en un cerro desde el que se observa la capital de provincia: que visitar en el castillo de Santa Catalina en Jaén.

castillo de santa catalina

¿Dónde está el castillo de Santa Catalina?

El Castillo de Jaén está ubicado en el cerro homónimo que se sitúa al suroeste de la ciudad de Jaén. El monte es una estribación de la sierra de Jabalcuza, y se sitúa a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

El nombre de Santa Catalina, que se ha usado tanto para el cerro como para el castillo, procede de la capilla de Santa Catalina de Alejandría que se construyó en el interior de las murallas del castillo entre los siglos XIII y XIV, después de la conquista cristiana. Para conocer que visitar en el Castillo de Santa Catalina vamos a ver la historia del Castillo de Jaén.

– Historia Castillo de Santa Catalina

– Primeros pobladores de la zona

Jaén y el sur de España fueron los primeros lugares en los que se asentaron los primeros pobladores de la península, allá por la edad de Bronce.

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Sin embargo, el primer pueblo que se consideró que realmente vivió en el cerro de Santa Catalina fueron los íberos desde el siglo IV a.C. Justo debajo de donde se sitúa el castillo actual, existen indicios de un oppidum, un poblado íbero amurallado del cual se han encontrado algunos restos arqueológicos. Más adelante llegarían los cartagineses de la mano de Aníbal, reforzando aún más las murallas de este lugar.

– La llegada de los árabes

Los romanos también adecuaron las medidas defensivas en su desembarco en Hispania y más tarde los árabes. Estos fueron los primeros en alzar una fortificación, construyendo una alcazaba en mitad del cerro entre los siglos VIII y IX.

Más adelante, el primer gran castillo surgió entre los años XII y XIII, cuando se fueron ampliando las murallas y fortalezas, dando como resultado el conocido Alcázar Viejo. Este estaba situado sobre lo que hoy es el parador nacional de Jaén.

– Época cristiana

La época de esplendor de Santa Catalina llegó cuando los cristianos hicieron su aparición en territorio jienense.

Las tropas de Fernando III consiguieron rendir el castillo tras haber conquistado Jaén en 1246. La defensa en Santa Catalina fue fiera, pero los cristianos consiguieron entrar al recinto militar por uno de los recovecos del Alcázar Viejo.

Tras la conquista, Fernando III decidió que había que tapar el “agujero” por el que los cristianos habían entrado para evitar que volviera a pasar en futuras batallas, y junto al punto exacto por donde se adentraron en la fortaleza construyeron el castillo de Abrehuí. De él hoy solo quedan los restos de un pequeño torreón que estaba anexionado al Alcázar Viejo.

Fernando III el Santo,
Fernando III el Santo, de Carlos Múgica y Pérez. (Museo del Prado, Madrid)

Pero la construcción más importante de la época cristiana fue otra, y es de la que podemos disfrutar en nuestros días. Fernando también exigió que se construyera otra fortaleza sobre el Alcázar Viejo que, aunque más pequeña, sería mucho mejor defensivamente. Su nombre sería Alcázar Nuevo, aunque se sustituyó más adelante por el de castillo de Santa Catalina tras la construcción del santuario a esta virgen. Las obras se comenzaron en el mismo siglo de la conquista, el XIII, y se prolongaron durante los reinados de Alfonso X y Fernando IV.

En lo alto del cerro de Santa Catalina ya había tres fortificaciones: el Alcázar Nuevo, el Alcázar Viejo y el castillo de Abrehuí. No ocurrió nada relevante en los siglos siguientes, aunque si que la fortaleza fue la residencia oficial del Miguel Lucas de Iranzo, Condestable de Castilla sobre el que caía el mando del ejército.

– Las tropas napoleónicas y la guerra de la Independencia

Tras siglos de relativa tranquilidad, Napoleón Bonaparte y sus tropas llegan a España con el fin de anexionarla al imperio.

Llegaron a Jaén, y fueron sus mandos los que decidieron establecerse en el castillo de Santa Catalina ya que era una posición estratégica. Durante 1810 y 1812, se empieza a mayor transformación del recinto defensivo que nunca se haya visto.

Santa Catalina se convirtió en el principal bastión de las tropas francesas en España, lo que fue lo mejor y lo peor que le pudo pasar al castillo. Justo cuando comenzaron la retirada, los franceses decidieron volar con pólvora muchas partes del castillo, lo que supuso una perdida irremediable para el futuro.

Lo único que sobrevivió hasta nuestros días fue el Alcázar Nuevo, es decir, el castillo de Santa Catalina.

¿Qué visitar en el Castillo de Santa Catalina?

Santa Catalina siempre ha sido un punto muy especial de la ciudad de Jaén. En el cerro no solo podemos visitar el castillo, sino que los atractivos se expanden, haciendo que merezca la pena pasar varias horas visitando cada punto de Santa Catalina.

1. El Castillo de Santa Catalina

La atracción más importante del cerro es el castillo de Santa Catalina. Nombrado como Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico en el año 1931, este hecho ha sido clave en su buena conservación.

Jaen Castillo de Santa Catalina
Castillo de Santa Catalina – Imagen Turismo Andalucía

2. La torre del homenaje

Hoy podemos visitar 525 m2 de los 3000 que alcanza la extensión del castillo, que es de forma triangular. La visita comienza en la torre del homenaje, una de las 6 que tiene el Alcázar Nuevo. A ella se accede desde el patio de Armas, y está formada por una sala de recepciones y conferencias en la que se puede visualizar un vídeo que desentraña la historia del castillo. Además, es el punto más alto de todo el castillo y también del cerro.

Y es que lo bueno del castillo es que en cada sala, torre o patio que visitemos, habrá explicaciones a modo de exposición que nos harán comprender mucho mejor el lugar por el que estamos caminando.

Torres Castillo Santa Catalina
Torres Castillo Santa Catalina – Imagen Turismo Andalucía

3. La torre de las Damas

Nuestro segundo lugar que visitar en el castillo es la torre de las Damas. Esta era la que flanqueaba la entrada al castillo y se le dio uso para  vivienda de la guarnición de soldados. Una de las mejores vistas la puedes obtener desde su azotea, a la que se puede acceder.

4. Las torres Albarranas.

Su función era puramente  defensiva. Siguiendo el camino que sale de la torre sobre la muralla norte llegaremos al punto más sagrado del castillo: las torres Albarranas. En una de ellas se encuentra la capilla de Santa Catalina de Alejandría, que da nombre al cerro y al castillo. Tanta importancia tiene que esa torre está exclusivamente dedicada a albergar la capilla.

5. El patio de Armas

Justo al salir de la segunda torre albarrana daremos de cara con el patio de Armas, en el que se pueden observar unas excavaciones arqueológicas con las que se descubrieron los cimientos de un palacio árabe del siglo XI, dos aljibes, un molino del siglo XV, así como un hospital de la época de la ocupación francesa.

6. La torre de la Vela

Seguiremos hacia el extremo oeste del castillo, en donde se encuentra la famosa torre de la Vela. Su fama se debe a que es la única torre de las 6 que pertenece a la época islámica del cerro. Se usaba como almacén y dormitorio de la guarnición del castillo, y sin duda es el mejor lugar para disfrutar las vistas de la ciudad de Jaén y de todo el castillo.

7. La antigua prisión

En frente de la torre se encuentra la antigua prisión, a la que se le dío este uso durante la ocupación francesa, ya que anteriormente había servido como almacén de trigo.

8. Torre de las Troneras

Desde aquí subimos al adarve para llegar hasta el patio de Armas Inferior y acceder así a la torre de las Troneras, en donde se encuentran unas letrinas que datan de la época medieval del castillo y disponen de un sistema de ventilación de malos olores.

Ponemos fin aquí a nuestra visita al castillo de Santa Catalina, un espectáculo tanto histórico como cultural que nos servirá para conocer mejor la importancia de este lugar.

Castillo de Jaen

9. Parador Nacional de Jaén

Una de las obras más polémicas del cerro de Santa Catalina fue el Parador Nacional de Jaén que se construyó bajo el Alcázar Viejo de los musulmanes. Las obras se produjeron en 1965, y destruyeron una gran parte de restos arqueológicos de lo que quedaba del Alcázar Viejo y el castillo de Abrehuí.

No todo es malo. Y es que el parador tiene una conjunción perfecta con el castillo de Jaén, tanto que parece una extensión de la fortaleza. Sus habitaciones dan directamente hacia Jaén, con unas vistas inigualables. Si no puedes reservar una de ellas, por lo menos acércate a tomar un café en su bar o simplemente pregunta si puedes recorrerlo a pie.

Parador Nacional de Turismo de Jaen

🏨 Mas información sobre el Parador Nacional de Jaén

10. Cruz del castillo de Jaén

A la izquierda del castillo se encuentra una peculiar cruz que fue donada por la familia Balgueiras en 1951. Es uno de los símbolos más reconocidos del cerro, ya que se encuentra en el punto más elevado.

Además, la tradición dice que este lugar antiguamente también estaba ocupado por cruces de madera y piedra. La más singular fue la que colocó Fernando III tras quitarle la fortaleza al rey Alhamar.

Cruz del Castillo

– La leyenda de Santa Catalina

Cuenta la leyenda que tras haber conquistado Fernando III el Alcázar Viejo que ocupaban los árabes, subió hasta el punto más alto el cerro, que es hoy el único punto desde donde se puede ver la catedral de Jaén. Allí, a Fernando el Santo se le apareció la virgen de Santa Catalina, por lo que decidió llamar así al cerro y construir un castillo y una capilla en su nombre. Pero el elemento más importante fue la cruz que se construyó en el monasterio de Santa Clara. Fernando decidió que había que costearla hasta el punto más alto, y así se hizo, comenzando una tradición que dura hasta nuestros días.

Y es que la de Santa Catalina es una de las fiestas más esperadas, símbolo de unión entre los habitantes de la ciudad de Jaén. Porque Santa Catalina es una de las festividades más familiares y acogedoras que podemos encontrar en este lugar, ya que su tradición se remonta a la conquista de la ciudad por parte de Fernando III el santo.

El día de Santa Catalina es el 25 de noviembre, cuando los jienenses se concentran en las faldas y los alrededores del castillo. Dentro de él, se celebra una misa en la capilla de Santa Catalina y una pequeña romería que recorre la fortaleza intramuros. En el exterior, familias y grupos de amigos celebran con bebidas y, sobre todo, con una comida muy típica en esta fecha: las sardinas.

– La leyenda del Condestable Miguel de Iranzo

Para terminar este texto hemos querido mostrarte una de las leyendas que, aunque aterradora, puede que despierte tu interés por visitar el castillo.

Como te hemos dicho anteriormente, uno de los residentes del castillo fue el Condestable Miguel de Iranzo. Esta leyenda nos cuenta que mientras vivía en el castillo, se enamoró de una joven árabe, que a su vez correspondió al amor del joven.

Estaban locamente enamorados, y aunque a priori suene bien, el desenlace de la historia demuestra que no fue así. Mientras crecía el amor entre ellos, los criados y personas afines a Iranzo vieron como este dejaba de prestarles atención en favor de la joven árabe.

Ella quedo embarazada y Miguel seguía con sus ojos puestos en la chica, hasta que un día los súbditos del Condestable decidieron que esto debía acabar. Metieron a la chica en un salón del castillo, donde asesinaron brutalmente a la árabe, de la que dicen que todavía se pueden escuchar los gritos cuando visitas esa parte del castillo de Santa Catalina.

– Video Castillo de Jaén

¿Cómo llegar al Castillo de Santa Catalina?

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