– El Reino de Bobastro un antiguo poblado situado en Árdales
Asentado al norte de la provincia de Málaga asentado sobre las “Mesas de Villaverde”, donde ocurrió una de la revuelta única mozárabe contra el estado cordobés. Bobastro fue el refugio del caudillo Omar ben Hafsun, desde donde hostigó a los militares del emirato y pactó con los alcaides locales, hasta conseguir gran cantidad de aliados entre las gentes de la montaña de Málaga.
– La historia de Bobastro en Árdales.
La pieza discordante en el tablero de ajedrez del Califato, que amenazó con derruir los propios cimientos de éste. Hay leyendas que se acercan suave y tímidamente a la Historia, pero lo que hoy vamos a contarles es una historia cuyos ecos de leyenda aún suenan en los escarpados roquedales bajo el ojo atento de las águilas guardianas de los secretos mas remotos.
Dicen de Omar Ben Hafsún que nació en Parauta, en el Valle del Genal, allá por el año 850 de nuestra era. Su infancia se desarrolla en la agreste vida del siglo IX en los parajes de la Serranía de Ronda.
Omar, era de origen muladí, o sea de cristianos que se habían convertido a musulmanes, parece ser que en los tiempos de su abuelo o su bisabuelo. De su padre, dicen que lo mató un oso y que el joven Omar se crió sin figura paterna, atrevido y un tanto balandrón, no era de extrañar que mas tarde o mas temprano, se chocara con la justicia del Emir.

Parauta. Serranía de Ronda. Málaga

ESCULTURA DE PIEDRA DE OMAR BEN HAFSÚN EN PARAUTA
Y repasemos un poco el contexto de la geografía humana para situarnos con los diferentes grupos sociales, cuestión de suma importancia, ya que el emirato no era precisamente el paradigma de la igualdad social, y por tanto las elites gobernaban sobre grupos diversos, a veces aliados, a veces enemigos entre sí.
En primer lugar tenemos a los mozárabes, cristianos que siguieron siendo cristianos hasta que la presión sobre ellos fue tanta que acabaron por desaparecer de Al Andalus. Pagaban impuestos por el mero hecho de ser cristianos.
En segundo lugar tenemos a los muladíes. Cristianos que decidieron convertirse al Islam. Era la mayor parte de la población andalusí.
Después están los bereberes. Eran clanes norteafricanos que vinieron con sus mujeres, y tuvieron un papel principal en la conquista. Aunque socialmente no estaban al nivel de los sirios.
Los árabes o baladíes. Asiáticos, que fueron la élite dominante, y que fueron después depuestos por los Omeyas, sirios. Fueron la clase dominante durante todo el periodo musulmán.
Los judíos, que prosperaron ante la presión que sufrieron en el último periodo visigodo donde su persecución fue implacable. Su exacerbado sentimiento de pertenencia a su religión y raza, hizo que incluso ellos, fueron perseguidos en algunos momentos por los gobernantes musulmanes, especialmente los almorávides.
Los eslavos. Curiosa población que llegó a España como cautivos y que poco a poco, fueron adquiriendo mayor consideración. En un momento dado se aliarían con los amiríes.
Y por último los esclavos, negros, cristianos, renegados, etc.
Pues nuestro Omar Ben Hafsún, era muladí como decíamos, y al igual que entre los grupos conversos, nunca se deja de ser lo que uno fue. Y seguramente los cultos y mitos, pasarían de forma oral y encubierta entre las familias de generación en generación.
El caso es que como decimos, su natural belicosidad le llevó a tener un incidente con un supuesto robo de ganado, en el que acabó el pastor muerto, y nuestro Omar tuvo que poner tierra de por medio. Y en esas fue que dío con un antiguo enclave, seguramente romano, y los restos de un castillo o fortificación en lo alto de un cerro. Este fue su primer encuentro con Bobastro, o Bobaxter, como así se llama a este lugar primeramente.

Reconstrucción
Y desde este momento comienza una epopeya que no carece de elementos mágicos. Omar empieza sus correrías como bandolero por las sierras, hasta que en una de ellas es capturado (hay fuentes que lo niegan) por el Valí de Málaga. Azotado y humillado, decide poner no solo tierra, sino mar de por medio, y llega en sus andanzas hasta Tahart, hoy Tiaret, ciudad argelina en la Cordillera del Atlas.

TIARET, ARGELIA
En Tahart, Omar, cambia la espada por la aguja y trabaja un tiempo como aprendiz de sastre. Pero poco le duraría la estabilidad, y mas cuando, como dijimos antes la magia hace aparición, y en un recoveco de una calle, un día de mercado, Omar se topa con un anciano que regatea con los escasos rayos de sol. El viejo, que era un augur, le predijo al joven que por su espada conquistaría un reino. Y el decidido Omar emprende su vuelta a Al Andalus, con ideas y ambiciones que van tomando fuerza conforme su embarcación se acerca a las costas de Hispania.
Su tío Mohadir, juega un papel importante en lo que vendrá ahora. Pero vamos a situarnos en el contexto político de ese momento. Estamos a principio de la década de los 80 del siglo IX. El emir es Muhamad I, y estamos en un período convulso. Ya en tiempos de su padre, han tenido lugar las revueltas mozárabes, y el mismo tiene que lidiar con la rebelión de los Banu Quasi en Navarra, la ciudad de Toledo, y algunos caudillos más. ¿Vio el tío de Omar, Mohadir, el momento? La familia de los Ben Hafsún eran muladíes, y por lo que sabemos conversos por interés. Pudo ser que la debilidad del emirato llevara a Mohadir, a llamar a su sobrino y encabezar la rebelión con la esperanza que el lejano reino asturiano interviniera en el conflicto. Son conjeturas, pero lo que si sabemos es que Omar llega de nuevo y se establece en el núcleo de Bobastro, que fortalece y reconstruye, y entre sus huestes vamos a ver a todo el estrato social descontento con la élite dominante, o sea, muladíes, mozárabes y bereberes.
El caso es que la causa atrajo a más y más hombres que engrosaron las huestes de Omar. Las reyertas que los hasufnitas ganaban se debía a su dominio de la guerra de guerrillas, entre riscos y desfiladeros, muy al estilo de los caudillos españoles de todas las épocas. Porque a pesar de sus muchos éxitos, Omar sabía que sus tropas no eran rivales para el ejército emiral, si les desafiaba en campo abierto.
El caso es que el Emir, harto de tanta afrenta por un grupo de montañeses, decide dar un golpe de mano, y enviar un poderoso ejército a Bobastro, con la idea de acabar de una vez por todas con la insurgencia de Ben Hafsún. El emir, impresionado por la valentía de estos hombres les ofrece el perdón e integrar el ejercito cordobés.
No sabemos si por un juego de intereses, o por puro egoísmo, Omar acepta y es puesto al frente de tropas emirales que combaten en la Batalla del Desfiladero de Pancorbo. Tras destacarse como avezado guerrero y militar, vuelve a Córdoba, donde es objeto del odio y la insidia de los grupos sociales más destacados, hasta el punto de que le humillan en más de una ocasión por lo que decide abandonar la capital andalusí, y se vuelve a tierras malagueñas, donde solo el anuncio de su vuelta ya provoca la adhesión de muchas voluntades. Y su objetivo lógicamente será reconquistar el enclave que para él supone el núcleo de su poder, Bobastro.
Quizás por el acicate de sus recientes humillaciones, unidos a su poderoso carisma militar, y a su sin par sentido de la estrategia, Omar, establece una conquista en forma de anillos, de forma que uno proteja al otro, y a fortalecer determinados enclaves defensivos. De esa forma, llega a dominar gran parte de la costa, así como todo el interior de la actual provincia de Málaga y Serranía de Ronda. Tras ello, decide atacar Archidona, por aquel entonces capital de la Cora de Rayya. Y de ahí a todos los pueblos del occidente granadino.
Caen Ronda, Alhama, Priego, Alcaudete, Iznajar y Cabra. Zuheros y Baena.
Al Mundir, sucesor de Muhammad I, decide de atacar de nuevo el enclave principal del caudillo muladí. Y envía al ejército emiral, con él mismo al frente. Pero allí encuentra la muerte el Emir, a los pies de los muros de Bobastro. Dicen que envenenado por su hermano Abdalah, que será ahora el nuevo emir de Al Ándalus. Corría el año 888.
Ese mismo año caen en manos de Omar, Osuna, Écija y Estepa. La cercanía a Córdoba ya es inminente. Y Abdalah no hace nada, tan solo espera. Omar sigue acrecentando sus dominios y tejiendo alianzas con el resto de los caudillos muladíes. Uno de los momentos mas amargos para el cordobés es la alianza entre Omar y el conde Servando, abriendo las puertas de la fortaleza de Poley a las armas hasufnitas. Así a finales del año 890 los dominios de Omar son enormes, y van desde el Algarve portugués, hasta la desembocadura del río Andarax, en tierras almerienses, y por el norte hasta el Campo de Calatrava. El final de la dinastía Omeya se hacía patente como algo ya esperado.
No sabemos por que giro de la historia, un ejército (el cordobés) hambriento y mal pagado, en inferioridad numérica, arremete contra la fortaleza de Poley (Aguilar de la Frontera) y destroza un ala entera del ejército de Omar, abriendo una esperanza para los cordobeses y para el emir Abdalah. Lo cierto es que este hecho supone un punto de inflexión e inicia el declive del reino (por llamarlo así) de Bobastro, que a partir de ese momento irá perdiendo terreno en favor del Emirato.
Las derrotas sufridas que le llevaron a la pérdida definitiva de dos importantes enclaves (Poley y Écija) es de menester que le restarán adhesiones, sobre todo entre los que estaba más arraigada la fe musulmana. En este momento se sucede un impasse que va a dejar a las dos fuerzas beligerantes en una tregua no consentida que durará algunos años.

Umar ben Hafsun
Pero Omar se restañe de sus heridas y vuelve a la carga, mientras la dinastía Omeya se debate de nuevo entre sangrientos aconteceres familiares. Y así en el 896 reconquista Écija. Poco después una hambruna se despliega en Al Ándalus, y tras ello una epidemia de peste que acabara con la vida de su tío, Mohadir, y casi se lo lleva a el por delante. Es por eso, que a partir de aquello se refugia mas si cabe en su fe cristiana primigenia, y es cuando decide bautizarse, con el nombre de Samuel, y su esposa con el de Columba. Su hija, Argéntea, pasará a la posteridad como mártir. Mientras algunos de sus hijos persisten en la Fe musulmana, pero no por ello, menos leales a su padre.
Este cambio de fe, hará que muchos de sus partidarios le rechacen, así como sus aliados del Norte de África. Omar busca apoyos en el norte, pero ni el rey de Asturias, ni los Banu Quasi responden a la llamada. Está solo, rodeado de enemigos. Pero un golpe de suerte le lleva a un pacto con Ibrahím ben Hachchach, árabe de Sevilla, en el castillo de Carmona, donde Omar es vitoreado como rey. Aunque todo esto termina en la batalla de Estepa, en la que el ejercito cordobés remonta hasta vencer a los rebeldes, consiguiendo además por un juego de alianzas que Ben Hachchach, reniegue de Ben Hafsún. Corría el año 902.
Es solamente unos años después cuando su hija Argéntea decide crear una orden monástica y construir un cenobio para residir en él. En 911 se terminan las obras del eremitorio rupestre de Bobastro, cuyas ruinas han llegado hasta nosotros en las Mesas de Villaverde.
En dicho entorno de Bobastro, Omar Ben Hafsún construyó varias iglesias. Una de ellas estaba junto al alcázar, en la zona más alta de la ciudad, claramente vinculada al cuartel general de la revuelta. Otra, sin embargo, estaba en un entorno periurbano, extramuros de un potente recinto, en la cara oeste de la montaña, relacionada con la comunidad religiosa protegida por Umar. Se trata de una iglesia rupestre que formaba parte de un recinto cuadrangular que albergaba a los eremitas
Un año mas tarde en 912, Abderramán III, nieto de Abdalah, es nombrado Emir de Al Ándalus, y con él, empieza una nueva etapa en la que se propone terminar con todas las rebeliones existentes, ya sea combatiéndolas, como solucionando las causas de las mismas. Y justo un año después, el emir emprende la reconquista de plazas en poder de Omar.
En poco tiempo se hace con las ciudades del litoral, cortando así las vías de suministro que Bobastro tiene con el norte de África, haciendo cada vez mas complicada la subsistencia del núcleo rebelde.
En el 918, Omar muere, lo que es celebrado con algazara por todos los partidarios de Abderramán. El final de sus días, aunque libre y soberano de sus dominios, contemplaron la pérdida de la causa nacional de su insurgencia, y la independencia de Bobastro apoyándose en la contratación de mercenarios africanos.
Le sucedió su hijo Yaffar, al que la funesta decisión de apostatar de la fe cristiana en favor de la musulmana, para conseguir así nuevos apoyos, le valió la retirada de sus aliados mozárabes, y el que él mismo, fuera asesinado por cristianos descontentos.
En el año 921 Suleyman sucedió a su hermano, y se entregó a reconquistar algunas plazas manteniendo la pugna con el emirato, pero también Abderramán, le ganó la mano por otros lugares arrebatándole las plazas de Elvira, Luque, Priego y algunas más. Aunque tampoco acompañó la suerte al joven rebelde que murió en una escaramuza cerca de Bobastro. Así que el menor de todos Hafs, se hizo cargo de la ciudad y viéndose rodeado y solo, decidió pactar la rendición de Bobastro con el emir Abderramán.
El 21 de enero de 928, rendió Hafs la plaza, solicitando el aman (perdón en vidas y bienes) para él y todos los pobladores de la ciudad. Y así ese mismo día la bandera verde de los Omeyas, lució de nuevo en el castillo de Bobastro.
Tiempo después, acudió el emir en persona a Bobastro, para ver la ciudad, exhumar los restos de Ben Hafsún y su hijo Yaffar, ambos muertos y enterrados a la manera cristiana. Dicen que ante la victoria sobre estos rebeldes fue cuando decidió imponerse el título de Califa.
De Argéntea sabemos que murió años después siendo mártir y consagrada como santa. Y de los restos expuestos de Omar y de su hijo, que acabaron después de 14 años, en el mar, debido a una riada que inundó las calles cordobesas llevándose con ella, los huesos de los rebeldes de Bobastro.
¿Qué hubiera pasado si Omar se hubiera hecho con las riendas del emirato? Hubiera pactado con los reyes del norte? ¿ O por el contrario los hubiera combatido? ¿se hubiera bautizado o por conveniencia u alianzas únicamente se habría limitado a acabar con las desigualdades que los emires mantenían sobre la población andalusí?
Lo que si sabemos, es que Ben Hafsún, o Samuel, fue una de las mas preclaras figuras de la Edad Media española, a la altura del Cid, Fernán González, y de tantos caudillos a los que el inconformismo, y un particular código de honor, llevaron a los libros de Historia, a las leyendas de los juglares, y a hacernos sentir orgullosos de quienes somos y de lo que somos.
Por tanto, acérquese cualquier día que el tiempo y sus obligaciones se lo permita a las Mesas de Villaverde, donde podrá visitar algo tan único, en Andalucía, como la única iglesia rupestre que tenemos, y déjese llevar por el susurro de los pinares, y el sonido lejano de las águilas que vuelan sobre los picos y roquedales. Y si tiene suerte, el viento le traerá el eco de los vítores de Omar Ben Hafsún, y el entrechocar de espadas y las plegarias de aquellos primeros cristianos que aun reverberan entre los muros de la Basílica mozárabe de Bobastro
– Basílica mozárabe de Bobastro
Entre todos destaca la conocida Basílica Mozárabe de Bobastro, construida antes de 917 y mandada destruir por Abd al-Rahman III. Se trata de una construcción cuadrada que albergó un convento de eremitas, tuvo un patio central con un gran aljibe, habitaciones y almacenes, en su lado Sur, un promontorio fue “tallado” a punta de cincel hasta conseguir una iglesia de planta basilical, con tres naves a lo largo y otras tres a lo ancho, todo ello incluido en un rectángulo de 9 x 18 m.
En la cabecera de esta Basílica Mozárabe, el ábside principal es de planta de herradura, los arcos que adornaban las paredes también se vaciaron con forma de arco de herradura. El edificio se cubrió con un tejado a dos aguas apoyado sobre una armadura de madera. Omar mandó excavar la basílica como ofensa al estado cordobés, incluso nombró obispo y mantuvo otras iglesias en la propia ciudad. En el Museo de Árdales se conservan materiales procedentes de este importante yacimiento. La Basílica de Bobastro es una gigantesca obra escultórica que los canteros afrontaron con un plano muy detallado que especificaba medidas, contrafuertes, y elementos decorativos. Donde faltó roca se completó con muros de ladrillo y mampostería, se cubrió con una armadura de vigas de madera que sostenía una cubierta de tejas a dos aguas.
Junto al Desfiladero de los Gaitanes, se encuentra la Ermita de Villaverde, también edificada sobre un recinto que incluía una necrópolis mozárabe y en actualmente se esta investigando.
Libro RECOMENDADO: «El señor de Bobastro: El rebelde hispano que desafió al emirato de Córdoba (Novela histórica)
«Yo Alfonso, hijo del Tuerto Gonzalo y de la bella Isabel, nieto de García de Tuy y Martín de Tucci, Hafs al-Marra o al-Mur según el odio con que se pronuncie, Adelfuns el noble dispuesto, el Moro, el Orán Siyaad, el Qadí de Bobastro, Sansón, el Juglar del sur o el Hispano, comienzo esta obra en el año 918 de nuestro Señor».
Así se presenta el narrador de esta novela, «El señor de Bobastro» un soldado mozárabe y el principal lugarteniente de Omar ibn Hafsún, el Capitán de la Gran Nariz, el rebelde muladí que se enfrentó a cuatro emires de Córdoba. Durante su azarosa vida llegó a reinar en más de la mitad de al-Ándalus desde su capital, Bobastro, en la agreste serranía de Málaga, y jamás fue doblegado.
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¿Cómo llegar a Bobastro?
El acceso desde Árdales Málaga (A-357) nos permite desviarnos con dirección al Caminito del Rey. Desde la rotonda situada a cinco km del casco urbano, se toma el desvío indicado como Acceso Sur que nos llevará al cruce, indicado como “Bobastro” y desde allí la carretera nos sube hasta la caseta de control donde los guías organizan las visitas.
Un sendero peatonal de 700 m nos llevará hasta la Iglesia Rupestre Mozárabe, en el camino se contemplarán murallas, canteras y un aljibe.
¿ Cual es el precio de la visita a las Ruinas de Bobastro ?
El precio único de la visita guiada es de 3 euros por persona y se realizarán cada hora en punto para un máximo de 15 personas en cada visita,
¿Cual es el horario de visita de las Ruinas de Bobastro?
Ser realizarán los viernes, sábados, domingo y festivos, desde las nueve hasta las 9 a las 16 horas.
Menor de 5 años, acompañado de un adulto, gratis.
Oficina de Turismo de Árdales
Pueden realizar su reserva en la Oficina Turismo Árdales todos los días por las mañanas de 9 a 14’30 horas, a través del teléfono 952458046 o mediante correo electrónico turismo@ardales.es – Web Ayto. Ardales
– Ruta de Senderismo El Chorro(Álora) – Carratraca – Árdales
En esta etapa de la Gran Senda de Málaga se sube a las Mesas de Villaverde, paraje pintoresco desde el que contemplar unas impresionantes vistas del Tajo de los Gaitanes y del Valle del Guadalhorce, observar las aves rapaces que lo sobrevuelan, o visitar la iglesia mozárabe de Bobastro.
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